Ariel Sobol, culposo y falto de carisma, atraviesa el tiempo evitando aprender lecciones que la vida le impone. Insiste, repite, se equivoca. Despreocupado por su propia existencia se convierte en un experto en meterse en donde no lo llaman.
Próximo a caminar sin apoyar sus manitos en las paredes, su mamá moría en una metálica y fría cama del Hospital Militar Central de la Ciudad de Buenos Aires. Desde su nacimiento, que allí postrada, no lo había podido mirar, abrazar y besar. La anestesia epidural que le aplicaron para que no sufriera durante el parto no tuvo buena respuesta en su cuerpo. El anestesista la mató.
El padre de Ariel Sobol fue, por muchos años, su incógnita. ¿Mentir o no contar toda la verdad es una forma aceptable de cuidar a quienes queremos? Ariel Sobol se entendería a sí mismo repitiendo, sin proponérselo, las personas y espacios que rodearon a su padre. ¿Hasta dónde se puede llegar para honrarse con la amistad de una persona?
Insiste en que muchas cosas se han explicado mal y está convencido que la adultez es un estado insulso y poco elogiable, del que intentará renegar, creando su propia forma de ver las cosas.
Alejandro Budmann (1972) nació en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Actualmente y desde hace más de dos décadas vive en el conurbano de la Ciudad de La Plata con su familia. Profesional en Ciencias Económicas desde hace aproximadamente treinta años.
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